lunes, 2 de septiembre de 2013

5 tipos de hombre con los que en realidad no quieres salir

Se acabó el verano, y como servidor no se encuentra con ánimo como para escribir de cosas fascinantes aunque horribles como el conflicto Sirio y hace un huevo que no toco el blog, vamos a dar un poco de vidilla y banalidad a la página a base de una pareja de artículos que, simplemente, me ha dado por escribir a modo de ordenar en mi cabecita las experiencias propias y ajenas en esto de conocer a miembros del sexo opuestos para salir con ellos. Observar, analizar, diseccionar la realidad, pero aplicado al siempre divertido tema de las relaciones personales. Y ahora, disfruten del artículo tardoveraniego.

Hete aquí el primero de ellos




Gañán-Man

Hábitats: Bares, discotecas, fiestas del pueblo, puticlubs, chiringuitos. A más chusquero el sitio, más probabilidad de encontrártelos

Frase"¿Esa? Esa lo que es es una calientapollas"

Alias "el tipo que no deja de dar munición a las feministas". A lo mejor será que tengo un grupo selecto de gentilhombres por amigos, pero nunca jamás me creí que semejantes criaturas pudieran existir en el mundo real y extenso. Siempre los había considerado una especie de bestia mitológica creada para advertir a las mujeres sobre los peligros de los babosos que pueblan el mundo. Hasta que conocí a uno de estos. Y entonces encajó todo. Este pedazo de mamón (porque no tiene otro nombre) es el tipo que luego hace que las mujeres tengan sudores fríos cuando un desconocido les entra en una discoteca. Y con razón. Aunque la visión estereotípica que tenemos del mismo es de una especie de mezcla entre Torrente y mozo del pueblo con boina, lo cierto es que los gañanman existen con multitud de envoltorios dado que el ser gañán, como la gente sabe, es un estado mental más que un modo de vida: los hay cachitas y mazados, los hay obreros y regordetes, los hay pijos y repeinados, pero todos comparten una actitud vital absolutamente malsana hacia las mujeres que si tuviera que resumir en una frase, esta sería: "tengo derecho". Son tipejos sin la más mínima cualidad personal que, sin embargo, se creen, en su narcisismo mongolo, que la función natural de las mujeres es el de proveerles de afecto y sexo ¡Ay como les niegues esos derechos irrenunciables! Pasarás a ser una mala mujer, pécora, calientapollas, borde, puta, frígida y mil cosas peores. No asimilan que nadie, hombre o mujer, pueda resistirse a su chispeante personalidad y conversación cutre de baratillo. Y por eso insistirán, insistirán, e insistirán hasta que sen rechazados de manera inequívoca y entonces se confirmará lo que ya sospechaban desde el primer momento que te vieron: que eras una guarra. Viva. No soy un partidario de la eugenesia, pero este tipo de hombres me hace replantearme seriamente mis convicciones sobre lo poco ético de la esterilización forzada.

El fuckerizador (fuckerizator, leído "fuquerizeitor" en inglés)


Hábitats: Cocktelerías exclusivas, festivales de música, playas, yates anclados en Puerto Banús, estaciones de esquí en Aspen

Frase"¿Que si te quiero o no? Tú sabes lo que siento por tí, así que ¿Por qué expresarlo con palabras y romper la magia?"

Todos hemos conocido a alguien así, quien más, quien menos, todo grupo de amigos tiene a uno de estos entre ellos. Todo un terror con las mujeres, el Barney Stimpson del éxito social, el fuckerizeitor es uno entre un millón, una especie de superhombre con un superpoder increíble que le hace irresistible a ojos de las mujeres: supercarisma, normalmente emparejado con "superpolvazo" (aunque no siempre, ojo). Y como bien saben los fans de spiderman, con un gran poder como el suyo, conlleva una gran responsabilidad: follarse todo lo que se mueva sobre la tierra. Lo cual estaría bien, de no ser por el hecho de que ese hipercarisma lo que logra es que se enamoren de él con un facilidad pasmosa: adelante con el drama y las sesiones de "todos los hombres son unos cerdos". Y es que lo más irónico del asunto es que aunque el carisma no sólo es innato, si no una habilidad que cultivan de manera religiosa (el samurai afila su katana todos los días) el enamoramiento y dependencia emocional de las chicas que caen rendidas a sus pies rara vez es algo buscado, ensayado o deliberado. Es simplemente un daño colateral, y lo que para muchas es una experiencia romántica que las marcó de manera profunda y especial de por vida, para el fuckerizator era tan sólo otra noche más de Martes en las que quería follar antes de irse a la cama. El fuckerizator en ese sentido no engaña a nadie, de ahí gran parte de su éxito. Va a lo que va, y si en algún momento encuentra al amor de su vida (en serio, en el fondo lo buscan) con él se quedará, cortará su coleta y colgará su katana para siempre. Fin. Pero hasta que eso pase (si es que pasa) ¡FIESTA! En su favor, decir que no tiene ni trampa ni cartón, pero a efectos prácticos da lo mismo. El fuckerizator no es alguien necesariamente malo, pero el huracán Katrina tampoco es malvado y no por ello deja un menor reguero de víctimas y devastación a su paso, así que cuidadín con los cielos borrascosos.

El vórtice social



Hábitat: Juegos online, cúpulas directivas de grandes empresas, foros de Internet diversos
Frase"no, no, si a mi no me molesta ir con esos amigos tuyos" ò___ó

Una especie bastante común entre los hombres frikis (de ahí mi conocimiento exhaustivo del mismo) este tipo de persona no es, sin embargo, exclusivo de esa subcultura ni mucho menos, ya que su modus operandi denota una actitud vital profunda más que una simple cuestión de trato personal o aficiones. Quede claro que el vórtice social no suele ser un mal hombre. Qué demonios, el vórtice social tiende a ser un buen tipo, a ratos incluso divertido e interesante de tratar. El problema es que es un tipo muy particular de hombre tímido. No es que sea malo ser tímido o introvertido per se, yo mismo lo soy y ahora mismo Internet está bullendo con artículos sobre cómo la gente introvertida como nosotros meamos colonia y cagamos unicornios. El problema estriba en combinar ser introvertido con ser vago: bienvenidos al vórtice social. ¿Te pesan los huevos a la hora de relacionarte con la gente? No hay problema, sigue estos pasos: 1- Échate novia o grupo habitual de amigos 2- No te vuelvas a relacionar socialmente nunca con nadie más.

Fácil. Sencillo. Un. Puto. Coñazo. Para el resto del mundo, claro. Una vez caigas en el triángulo de las Bermudas personal del vórtice social, es muy posible que emerjas de él 10 años más tarde desorientada y sin saber qué ha pasado. A veces el proceso dura días, a veces el proceso dura años, en cualquier caso el vórtice social pone a su pareja y amigos en una posición francamente incómoda y por qué no decirlo: muy egoísta. Sí, él quiere disfrutar de tu compañía... y de la de nadie más. No es cuestión de salir a la calle o no, si no de tratar con gente nueva y socializar: poco a poco, el vórtice social se irá replegando más y más, reduciendo su área de confort, cual agujero negro que se cierra una vez te ha atrapado en su campo gravitatorio. Cada vez tolerará menos añadir a más gente a su grupo habitual de amigos, visitar gente, o simplemente, hacer nuevas cosas, limitando más y más la vida de todo su círculo próximo ¿Por qué tendría que someterse a semejante tortura personal si él ya tiene su suministro afectivo asegurado? Para colmo de males, su carácter introvertido tan sólo agrava la situación al ser muchas veces incapaz de comunicar abiertamente lo que le molesta, simplemente irá mostrando su malestar de manera sutil hasta que dejes de hacer una a una todas esas cosas que hacías cuando le conociste para no tener que aguantar sus caras largas. No en vano, este tipo de hombres han logrado elevar la agresión pasiva a la categoría de arte, convirtiéndolos en veneno de acción lenta en estado puro. Cortarrollos por excelencia, el vórtice social tiene únicamente la opción de adaptarse o morir. O de sumir en el ostracismo a todos los que le rodean. Ustedes mismas.


El revolucionario de postal




Hábitats: Teterías, manifestaciones, Barcelona

Frase: "soy uno de los vuestros, chicas ¡En serio!"

Nuevos tiempos requieren de nuevos modelos de conducta para ligar. No es que la tendencia del ser humano a arreglar el mundo en los bares se inventara ayer mismo, pero el que semejante cosa sirva para ligar es algo que uno no puede separar del mundo postmoderno. No en vano, el revolucionario de postal es un pionero al introducir una nueva modalidad de postureo: el postureo ideológico, o cómo suplir la carencia de cualidades personales (normalmente, intelectuales) a base de etiquetas ideológicas y gestos simbólicos.  Y es que este tipo no puede dejar de autodefinirse a sí mismo para, básicamente, conseguir dos objetivos: Una, arrogarse superioridad moral, tan necesaria para su existencia como la la luz del Sol para las plantas, y dos: impresionar a los que le rodean, sobre todo a las mujeres. A pesar de los discursos encendidos, detrás no hay nada que lo sostenga: el revolucionario de postal pretende suscitar admiración ajena a través de sus ideales y estilo de vida, no de sus obras y manera de ser. Anticapitalistas que viven del dinero de sus padres ricos, intelectuales que no leen libros, ecologistas que tiran botellas en medio de la calle, solidarios con África que ignoran al mendigo de la esquina y por supuesto, defensores de las mismas causas que la mujer de enfrente apadrine ¡Cuánta coincidencia! ¿Será que somos almas gemelas? Huy, sí. Seguro.

El buen chico (el misógino de incógnito)



Hábitat: El ancho mundo
Frase"¿Por qué todas las chicas buenas van con chicos malos?"

Mejor amigo de sus amigas a las que se quiere follar y nido de segundas, terceras y hasta cuartas intenciones, el "buen chico" es tan, tan majo... y fracasa de una manera tan, tan estrepitosa con las mujeres... ¿qué pasa aquí? ¿cómo puede fallar? ¿acaso el amor no es una recompensa por hacer bien las cosas? Su planteamiento inspiraría ternura  de no resultar tan ciego y mezquino. Lo triste de este hombre, es que comienzan siendo un buen chico >>de verdad<<. Pero como una suerte de Gollum cotidiano, las malas experiencias sentimentales (o mejor dicho, su carencia de las mismas) lo amargan cada vez más, hasta transformarlo en un misógino sin que él mismo se de cuenta. Poco a poco, a base de intentar racionalizar sus rechazos, acaba por llegar a la conclusión de que la culpa está, obviamente, no en él, si no en los 4.500 millones de mujeres que pueblan la tierra: adelante con las teorías de la "friendzone" y de las mujeres masoquistas que desean verse fustigadas por chicos malos en vez de recibir el cariño que sólo ellos pueden darle. A más inteligente, máyor capacidad para elaborar teorías a cada cual más bizarra para explicar su fracaso sentimental. Así pues, el buen chico vive en un estado constante de disonancia cognitiva, en el que por un lado idolatra a sus amadas y por otro las odia por rechazarle. Sin embargo, el odio acaba por hacerse cada vez más y más fuerte, y acaba por caer en un bucle de profecía autocumplida: cree que las mujeres le rechazarán por ser bueno con ellas, y las mujeres le rechazan porque a nadie le gusta tratar con alguien que piensa que eres masoquista.

En su huída hacia delante, el buen chico cada vez se hace más posesivo, más celoso de chicas que en principio sólo son sus amigas, más servil, más dispuesto a lo que sea -LO QUE SEA- con tal de conseguir una relación afectiva o sexual, hasta el punto de transformar un interés romántico real en un puro acto de negociación: "Yo soy bueno contigo, y a cambio tú te enamoras de mi ¿trato?", sin caer en la cuenta de que para las mujeres vale infinitamente más la motivación detrás del acto, que el acto en sí: que sean buenas con ellas es lo de menos.  Lo importante es por qué. Lo principal es que seas bueno >>DE MOTU PROPIO<< Que seas una buena persona, de verdad, y no un hombre sediento de afecto que hace buenas acciones. Es una diferencia, sutil, pero importante. Porque es triste ser un hombre únicamente capaz de enamorarse de mujeres porque servirán a sus necesidades, aunque dichas necesidades sean puramente afectivas, románticas y platónicas: a nadie le gusta que le usen. A las mujeres, tampoco. Algunos, los que menos, logran salir de ello. Otros, la mayoría, siguen enquistados en un juego de negociación que siempre va a más y se centra en hacer cosas por sus amadas, cayendo en la trampa del que sólo sabe HACER en vez de SER ¿Figuras trágicas o trágicos imbéciles? Mi respuesta es: ambas opciones son válidas.

Y eso es todo por ahora. Próxima parada: 5 tipos de mujer con las que en realidad no quieres salir. ¡Igualdad para todos y pánico en las calles! ¡No se lo pierdan!

2 comentarios:

rareman dijo...

en cambio los tios somos mas simples, nos conformamos con no salir con tias que no follen o que follen y te dejen despues

ClozeOne dijo...

Betapedia está PLAGADO de misoginos de incógnito. Dan bastante risa.

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