miércoles, 22 de abril de 2015

De la moralidad de putas y puteros

Y esto que va el de Ciudadanos y decide proponer de una sentada la legalización del cannabis y de la prostitución, en un arrebato de liberalismo que no se veía en la política española desde la proclamación de la constitución de Cádiz. Es posible que el electorado español acabe por lanzarlo desde lo alto de un campanario, no estamos seguros de cómo le saldrá la maniobra (practicar el liberalismo en España es considerado como un deporte de alto riesgo) pero tal y como era de esperar, tan sólo una de esas dos propuestas ha generado polémica, ríos de tinta e indignadas protestas ¿Adivinan cuál de ellas?

¿Puta a secas? ¿O puta ama?

El debate de la prostitución es uno de esos temas que enciende pasiones, y con razón. Porque este es, ante todo y sobre todo un debate moral, aunque pocos quieran reconocerlo como tal. Motivo por el cual voy obviar por completo todo argumento meramente económico o pragmático al respecto: no tiene caso. Esos argumentos no van a hacer que nadie cambie su postura ya que todo el pescado ya ha sido vendido respecto a las consecuencias prácticas de legalizar VS prohibir la prostitución, aunque como todo, haya bastante manipulación de por medio.

Así pues, centrémonos en el debate moral. El quid de la cuestión es que hay una cantidad nada desdeñable de personas para las cuales la prostitución es algo malo per se, independientemente de cuáles sean sus consecuencias sociales o económicas, e independientemente de que la prostitución sea forzada por chulos o ejercida de manera libre y voluntaria. Para ellos la prostitución es algo incuestionablemente dañino para la prostituta, que se denigra, y moralmente reprobable para el cliente que denigra a la puta, por lo que la única opción lógica es su prohibición. Al ser  inmorales los dos elementos de la ecuación, putas y puteros, el argumento de "la profesión más antigua del mundo" es irrelevante para ellos: al fin y al cabo, el asesinato y el robo también llevan acompañando a la humanidad desde su nacimiento y no por ello a nadie se le ha pasado por la cabeza legalizar esas actividades ni legitimarlas moralmente.

Yo seré honesto con mis lectores: mi postura está claramente a favor de la legalización de la prostitución voluntaria (no confundir con la trata de blancas, que es, en efecto, un crimen repugnante) porque no sólo no veo prejuicio moral alguno en esta, si no que además considero que la actitud que subyace bajo una sociedad en la que la prostitución fuera legal, es algo tremendamente positivo y humanitario. Pero sé de buena tinta, que mucha gente válida, inteligente y sensible siente reparos morales por la legalizacion de la prostitución. Algo les rechina. Así que a lo largo de este artículo intentaré analizar las causas de ese rechinamiento, con la intención de mitigarlo en la medida que me sea posible:

La inmoralidad del putero


Citas de Tinder: Ese momento en el que descubres que el polvo más caro es aquel que no se paga
El argumento más usado por el feminismo de nuevo cuño y uno de los que más se esgrime en contra de la prostitución. Según este, la inmoralidad no reside en la prostituta en sí, que es invariablemente una víctima y nunca escoge ser prostituta (una generalización paternalista que no cuenta con que hay gente para todo) si no que la inmoralidad se reside en el cliente. Quien paga por sexo, argumentan, no quiere únicamente sexo, si no que tiene obviamente, un motivo oscuro y malvado detrás de ello. Y este suele ser *DUN DUN DUUUUN* la dominación de la mujer. Cosa que se me hace rara: Yo siempre he creído que la gracia de la prostitución reside justo en lo contrario, en no tener que poseer a nadie para echar un polvo, si no en el "si te he visto no me acuerdo". Y miren, yo no tengo problemas en establecer un debate moral, pero tengo poca paciencia con el maniqueísmo, sobre todo cuando se demoniza a una parte nada desdeñable de la población. Entre otras cosas, porque esa acusación de intenciones aviesas es algo imposible de demostrar o probar más allá del "me cae muy mal esta gente", ya que hoy por hoy, ninguno tenemos la capacidad de leerle la mente a nadie. Y como uno es fan de la navaja de Occam, yo tengo la loca teoría de que quien paga por sexo lo que quiere es -gasp- sexo, ni más ni menos.

Llegados a esta radical conclusión, es cuando sale a relucir el contraargumento de por qué nadie iba a pagar por algo que es gratis, que algo maligno y oscuro debe de haber ahí, segurísimo (ya se sabe que la sexualidad masculina nunca puede ser una necesidad sin más, siempre tiene que haber mal rollo de por medio). Y ahora es mi turno de abrir la caja de Pandora de la incorrección política: Mucha gente está dispuesta a pagar por tener sexo porque un porcentaje nada desdeñable de hombres no tienen como conseguir sexo gratis. Nadie quiere reconocerlo, pero todo el mundo lo sabe. Y ya es hora de que se diga: la prostitución lleva existiendo desde antes que la misma civilización humana porque un gran porcentaje de hombres no tiene como follar a voluntad. Es una dinámica diametralmente opuesta a la de las mujeres, como resultado de la dismorfia sexual en el ser humano: la demanda y oferta de folleteo se encuentran concentradas en uno y otro sexo. Es extremadamente raro que un hombre pueda tener sexo a voluntad, habilidad reservada para la élite del fuckerismo. La mayor parte de los hombres no pueden follar con hacer un par de llamadas de teléfono o simplemente con bajar a una discoteca. En algunos casos ni si quiera basta con estar casado, ejem. Aunque claro, ningún hombre va a reconocer en público que le cuesta conseguir sexo, ya que eso supondría... una mayor dificultad para conseguir sexo. Es un círculo vicioso que genera una espiral del silencio perfecta, siendo ese uno de los principales motivos por los que en este santo país de puteros redomados todos los hombres se hagan la virgen escandalizada en cuanto sacan este tema.

¿Que si me he sacado de la manga eso de que el hombre tiene más difícil tener sexo gratis que las mujeres? Más allá de la anécdota y el estereotipo, hay estudios que corroboran lo que estoy diciendo. Según estudios genéticos (bastante más fiables e inmunes al autoengaño que cualquier encuesta telefónica) tan sólo un 60% de todos los hombres que han existido desde el nacimiento del Homo Sapiens ha logrado transmitir sus genes a la siguiente generación, ahí es nada. Y sí, esa es tan sólo una media histórica: En los momentos más  sexistas de nuestra especie, como en el inicio de la revolución agrícola, la cifra de hombres célibes forzosos se llegó a disparar hasta extremos brutales: tan sólo uno de cada 14 hombres lograba tener hijos, en contraposición a 8 de cada 10 mujeres. No creo que sea muy aventurado suponer que siempre ha existido una minoría silenciosa bastante importante de hombres que simplemente, no tienen como reproducirse ni como tener sexo, salvo pagando, al contrario de lo que ocurre con las mujeres. No porque no estén biológicamente capacitados para ello, si no porque simplemente no resultan atractivos (física o socialmente) a ninguna mujer. ¿Cómo de menos atractivos? Un 80% de todos los hombres, al menos, no llega a pasar del "tres sobre cinco" según las mujeres. Hay el doble de hombres oficialmente "no atractivos" que de mujeres. Detrás del argumento de la inmoralidad que se le presupone a de todos los clientes de la prostitución, a veces late un ethos de demonización hacia todo hombre incapaz de conseguir sexo, que resulta bastante cruel. Un "que se mueran los feos" de proporciones cósmicas e irónicamente, sexista: Si un hombre no puede conseguir sexo gratis y acostarse con todas (o ni si quiera con una),  este es obviamente, menos que un hombre. Es un "necesitado". Ya saben, alguien inmoral.

La inmoralidad de las putas y el puterío


Ahí os quedáis, chavalada
Uno de los argumentos recogidos por los detractores de la prostitución es que aunque esta sea 100% voluntaria, consensuada y pacífica, sigue siendo algo inmoral ya que se daña la dignidad de la prostituta en cualquier caso al disponer de su cuerpo. El argumento viene a ser que al prostituirse, uno se "cosifica". Se  transforma en un mero objeto de consumo. Y eso es denigrante, incluso aunque sea algo consensuado por ambas partes. Yo nunca he llegado a entender ese argumento, la verdad. Para empezar, porque las prostitutas no son las únicas que "venden su cuerpo". ¿Acaso el estribador de puerto no vende su espalda para cargar fardos? ¿La supermodelo no vende sus piernas para ser fotografiadas? ¿La ingeniero jefe no vende su cerebro para diseñar sistemas hidráulicos? Todos vendemos nuestro cuerpo porque verán, es que SOMOS cuerpos, no nos podemos disociar del mismo. Esta argumento sólo tiene sentido desde una óptica religosa que establezca de nuevo un dualismo cuerpo-mente digno de Platón. Llegados a este punto, el argumento  cristiano en contra de la prostitución pasa a bifurcar en dos vertientes, una, digamos, protestante, y otra católica. Aunque no teman, se puede ser perfectamente ateo y sostener cualquiera de ellas.

El argumento protestante de corte anglosajón es, a mi modo de ver, el más absurdo de todos: La prostitución es denigrante porque "se sexualiza" a la mujer. Porque oigan, es asqueroso que te deseen los hombres y a más te deseen, menos te respetan ya que al parecer, lo "respetuoso" es no desear carnalmente a tu esposa o pareja; lo cual implica que a más pasiones despiertes, menos respetable serás y por favor, pásenme un bote con las sales de baño que me da el vahído y se me cae el monóculo. Una tontería puritana de primer orden, barnizada con una capa de feminismo de Reddit, vaya. Que alguien te desee sexualmente no te resta poder: te lo otorga. Ser un objeto del deseo no implica ser un objeto. Poder es tener algo que otros quieren para sí, ya sea ese "algo" dinero, respeto, un cargo, sabiduría, o por qué no decirlo, sexo, también. Ser sexualmente atractivo para alguien hasta llegar al punto de que haya gente que pagaría por acostarse contigo, implica poseer un gran poder sobre dicha persona, y si no me creen, que le pregunten a concubinas del imperio bizantino o a las del actual imperio Chino. Hay mucha gente que parece enfurecerse por el hecho de tener que reconocer que el sexo pueda otorgar poder y reconocimiento social. Yo vengo a opinar lo mismo que este santo cómic: Que cuando el sexo se entrega a voluntad desde una posición de autonomía y control, este es una fuente de poder personal tremendo. Si además puedes sacar tajada de ello ¿Qué tiene de denigrante?

La inmoralidad de una sociedad de sexo fácil y abundante


Arriba, las dos caras del debate

La otra variante del argumento de cosificación viene a ser la católica, y esta viene a incidir en la frase anterior: El problema no es el sexo, el problema es sacar tajada de ello. El problema es transformar algo íntimo y bello como el sexo en una vulgar mercancía. Pero oigan, no se engañen, que el sexo siempre ha tenido un "precio" en la sociedad ya que toda relación social es una serie de relaciónes de intercambio. Otra cosa es que dicho sexo se intercambie por euros, por copas en una discoteca o por un sagrado matrimonio, pero prohibir la prostitución no implica restringir el intercambio de sexo, tan sólo prohíbe cambiar sexo por dinero tal cual. No digan "moral", digan "monopolio sexual". No digan "romanticismo", digan "oferta restringida".

Y es ahí  donde reside el corazón del debate: En que el sexo a cambio de euros es un precio mucho más barato que el sexo a cambio de ligar en una discoteca durante varias noches mientras aguantas conversaciones banales y pagas copas, o el sexo a cambio de matrimonio. Y eso choca frontalmente con los intereses de una parte de la población que quiere vivir en una sociedad en la que el sexo sea algo difícil de conseguir. Porque para que el sexo siga siendo considerado sagrado y valioso, este deberá seguir siendo escaso. Y quien quiera que el sexo sea abundante, provocará una banalización del mismo. Desgraciadamente, no hay otra manera de conjugar ambas cosas, no se puede tener el chocojamón. Así pues ¿Con cuál de las dos sociedades nos quedamos? ¿Es más moral la sociedad de sexo escaso y difícil de conseguir que la sociedad de sexo abundante y barato?

Yo personalmente, estoy a favor de una sociedad donde el sexo esté desmitificado y desacralizado. Donde el sexo sea, por lo general, fácil de conseguir, por mucho que a mi personalmente me guste eso de tener polvos con trascendencia y amor de por medio.  Porque verán, a mi siempre me ha gustado plantearme el sexo, la vida y el desarrollo personal en positivo y desde la óptica de la responsabilidad individual. Creo que la mejor manera de conseguir que el sexo siga siendo trascendente, incluso en una sociedad que esté a vuelta de todo, es hacer que el mío lo sea, no impedir que el sexo del resto de la gente sea banal. Un mundo en el que uno deberá esmerarse en el sexo que ofrece para diferenciarlo y lograr competir con el profesional, es uno que parece causar mucha incomodidad a algunas personas, temerosas de la devaluación de su propio valor sexual ante el aumento generalizado de la oferta de sexo. Pero la manera de que mi pareja no busque sexo en otras partes es follar más y mejor con ella, La manera de que el sexo sea algo especial es hacer del mismo algo especial de verdad  al ponerle pasión y amor, en vez de hacer que sea "especial" únicamente por el hecho de existir en un entorno de escasez generalizada. Quiero ofrecer el mejor vino de toda Francia, no el único vino existente en medio del desierto de Arabia Saudí.

Porque el mejor mundo posible no es aquel que en el que el sexo sea de una manera u otra, si no aquel en el que cada persona es incentivada a dar lo mejor de sí misma.

Incluso en la cama.

6 comentarios:

Ortiga dijo...

Pues yo no estaba lo que se dice a favor de legalizar, pero tampoco especialmente en contra... Aunque si me lo pones de esta manera, casi me dan ganas de empezar a hacer campaña, o algo xD

Unknown dijo...

Yo soy prostituta, no es algo que me guste, pero me he acostumbrado, hay días que siento repulsión y otros que lo llevo mejor, algún día que tengo la libido por las nubes ya que ellos no suelen gustarme.

Pero es la relación del putero con nosotras lo que me llama la atención.
La obsesión enfermiza de algunos, de mirar tus fotos en internet, día tras días como locos... otros que te llaman varias veces a preguntar lo mismo... los que dicen que te siguen por donde vas por tus anuncios... es de psicópata eso!
El resentido que no sé a qué viene? Le ofende pagar, es seco, aburrido. Vendrá por falta de hobbies, porque con una prostituta vas a follar, no a quedarte tirado en la cama sin erección.
Luego el que nos odia, te insulta, te quiere rebajar, cuando es él quien nos busca y nos paga encima.
Yo creo que estoy en situación de poder sobre él, porque hago lo que quiero siempre, jamás seré sumisa, jamás.
Hago oral con condón aunque lo odien, porque ellos te lamen toda sin protección, se tragan los flujos.
Van con travestis, tragan semen, pollas... todo sin condón.
Pobres sus parejas, porque el 90/95 por ciento tiene pareja.
A mi me harta a veces, no tengo motivación, necesito dinero pero no tengo motivación... te llega un hombre que no te gusta, te paga, te piden besos, te piden abrazos... pff. Yo sólo quiero que se corran y se vayan.

Las que cobran 300,500,1000 si podrán tener una cita en plan amantes.

Yo no, estoy cobrando 60 media hora y 100 una hora.

Y hay días que no te haces ni cien euros.

De ahí pagas alquiler, anuncios, elementos que tienes que usar para cuidarte.
Los puteros dicen que es mucho cobrar eso... pretenden que una termine toda irritada, reventada cobrando 40, 30.

Así nunca una podrá juntar 30 mil euros. por ejemplo.

En foros de juntan a hablar idioteces, cuentan intimidades, muy desubicados, no me gusta qe hablen de mi.
Te ponen puntaje.

Conmigo se han obsesionado porque soy jovencita y en una época me venían puros viejos, feos y gordos.. y claro no había feeling y me ponían a parir ahí.

Uno dijo que llegó, se duchó polvo rápido y fuera... y eso le parecía mal... me pagó 60 euros.

Qué más quiere? Un hombre de 50 y pico de años que tiene la edad de mi padre.

Tengo un cierto asco hacia el putero español sobre todo catalán son los más problemáticos, catalán o similar, valenciano, mallorquí.

Una vez viene unos con unas pintas, quería besos, le dije que no, un aliento tenía, me pone la polla en la cara, le pongo condón, se enfada, luego quería que le chupe el culo y le dije que estaba loco, cómo voy a hacer eso?

Es que te piden cosas que ni con tus novios haces.

Mis novios españoles eran tranquilos, teníamos sexo normal, oral, penetración y la previa claro, juegos besos...

Pero el putero quiere cosas no sé al límite, sin condón, chupar culos, chupar sin goma, tragar semen, meterles a ellos dedos por el culo o juguetes.. son muy asquerosos.

Encima que quieren una nena guapa y son horrendos luego se ofenden.

Hay hombres que quizá no son atractivos pero su presencia es serena, no te agobia... así deberían ser todos.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Bueno sigo aquí, con alguno tengo muy buena onda, ahora trato de no mezclar tanto pero he llegado a salir con alguno, uno de 100 por ejemplo.
Ahora sólo quiero que me paguen, que me den algo a cambio, porque luego estos mismos se van con otra y le pagan, es una regla que tengo.

Putero siempre putero... y no es prejuicio, es que estos van con todas!

Odio a los que se drogan y te incitan o te piden que compres. Si no tomas con ellos no vienen... hay chicas que terminan adictas, yaque estos puteros pagan horas y horas y están consumiendo.

Yo paso, no tengo paciencia ya, me agobia, si estoy mucho tiempo con alguien que no me gusta siento que mi alma se irá de mi cuerpo a otro lugar seguro...
Alguna vez cuando estás a cuatro con alguien que no te gusta, me pongo así para que no vean mi cara de asco... se me escapa alguna lágrima, pero luego digo, se fuerte, no es para tanto. Otras lo ven de otra manera... tienes que ser como ellas.

Hoy estuve hablando con dos puteritos de mi edad, que se me han hecho los amigos, uno está loco por verme, es de otra ciudad, pero ya le dije que me traiga algo, gratis no.
Aunque me gusta estar con él.
Estar con uno que te gusta es muy relajante porque la mayoría no te mueve un pelo.
Son tipos normales casi todos, sin nada atractivo a mis ojos... o son medio enanos no sé. Muy homogéneos.. yo soy una chica de ascendencia eslava, alta, rubia.. ellos casi todos morenos de 1.7 y algo, con pelo o sin pelo y ya... no hay más.

Dependiendo la ciudad son más feos.

Espero poder dejarlo pronto y hacer otra cosa, no tener que aguantar más idiotas. Ni acosos teléfonicos. Ni babosos que me laman el cuerpo.

Esto no es un trabajo, es una actividad denigrante para una misma.

Lo hacemos para salir del paso, por necesidad.

Recuerdo un amigo fuera del puterio que me ofreció trabajo y luego se me tiró encima dos veces buscando sexo... es que no se puede confiar en ningún hombre!

Si alguna mujer lee esto que abra los ojos...

Yo soy una chica normal, no me visto sexy ni nada, trato de pasar siempre desapercibida, no entiendo el acoso al que me someten algunos hombres fuera de la prostitución incluso.

Al punto de tener miedo de estar a solas con alguno o abrazarlo o tocarlo, no sea que luego se excite... porque ellos creer que por ser simpática los estás buscando o algo no sé...

Anónimo dijo...

Saludos Ikael

Hace tiempo surgió en mí el interés sobre el aspecto ético - moral de la prostitución. ¿Por qué ha surgido en mí este interés? ¿Para irme de putas con la conciencia tranquila y egoísta? Pues no, creo que la ética hay que practicarla y plantearla incluso en los temas más espinosos, extremos y que produzcan más rechazo. Mi postura de la prostitución es de rechazo porque considero que la sexualidad es un intercambio muy personal con la persona que has escogido y que te ha escogido para entregar placer de forma altruista. Según me he ido documentando no he cambiado de postura, primero hacia mí mismo, no considero que sea correcto ni pienso usarla, pero he ido matizando mi rechazo a través de tres conclusiones que considero son las más importantes de la prostitución actual y en donde vivo (España):

La primera es la extensión de la prostitución: no sólo en la variedad, oferta y demanda, sino en lo mucho que se practica y a todas horas y en muchos sitios. Esta extensión suele ser desconocida pero algunas profesiones como camareros, taxistas y recepcionistas de hotel conocen bien su dimensión porque la tratan y lo ven a diario. La extensión también me ha sorprendido en la variedad de hombres heterosexuales usuarios de la prostitución. Uno de estos perfiles me ha resultado sorprendente porque es el de hombres jóvenes sin pareja, social y sexualmente activos e independientes. Estos hombres heterosexuales podrían ser los usuarios más depravados de la prostitución, los que pudiendo follar mucho sin pagar pagan por ello: no tienen pareja por lo tanto ninguna atadura que les cercene la promiscuidad, están en la flor de la vida y de su atractivo, tienen el sitio, el conocimiento de las habilidades “ligoteriles” y les sobra el tiempo para ligar y follar cuanto quieran. La razón que me dieron este tipo de hombres de porqué pagan prostitutas fue precisamente por follar, porque llevan X semanas o meses saliendo y sin comerse un colín y se van de putas. Me he sorprendido que puedo comprender, sentirme identificado y empatizar como hombre con esta situación: ligar puede ser una de las actividades más frustrantes y fútiles, las más de las veces te vas de vacío tras aguantar muchas horas de conversación intrascendente y situaciones ridículas. Al final sólo te queda contar con los amigos las veces que te han hecho la “cobra” y reírte, eso si te vas a casa con una bonita y dolorosa erección. El salto a consumir prostitución es muy fácil si a esto le unimos el hecho de que una de las técnicas más exitosas para ligar es la exhibición y el uso de la riqueza. El pijo que viste bien, el niño de papá con el coche grande, el manirroto que invita a tod@s y el progre de gustos caros he visto que ligan mucho. Si una cita se engrasa con sustanciosas invitaciones, en qué se diferencia de lo “otro” que puede ser más barata.

Anónimo dijo...


La segunda es la hipersexualización a la que estamos sometidos. Hay sexo por todas partes en la publicidad, el “arte”, los medios de información e internet; reclamamos educación sexual en los colegios; la sexología ha sido elevada a un rango de ciencia médica mayor y la ostentación de la sexualidad es algo socialmente aceptable e incluso se anima a proclamar la orientación o no orientación sexual a los cuatros vientos y la llamada “visibilidad”. En una sociedad de la libertad en la que vivimos resulta ridículo considerar como un logro o un mérito o proclamar la orientación sexual porque a nadie le importa, no mereces una palmadita en la espalda y quien te alabe por ello es un verdadero pelota. Esta presión a mí también me afecta y la rechazo: definirse únicamente por la sexualidad o por un aspecto único aspecto vital es bastante superficial y pobre, estar expuesto todo el tiempo a esta energía erótica o a visualizaciones sexuales y no al sexo sólo conduce a la frustración y al agotamiento. Al final el triunfador es quien más sexo práctica, y para compensar la baja serotonina por el agotamiento no pasamos a la dopamina como los adictos y una forma fácil de obtenerla son las relaciones sexuales de pago. Claro que hay gente que le gusta esta hipersexualización porque es un ambiente de tolerancia y libertad, creyéndose por ello muy tolerantes y libres. ¿Y por qué estos tolerantes no toleran la prostitución libre y sin coacciones? Tengo poca tolerancia a la hipocresía pero esta situación supera y con creces marcador de cinismo: criticar sólo a los usuarios de la prostitución cuando a la vez has leído las 50 sombras de Grey, pagar para no perderte un capítulo de Juego de Tronos y menos con una escena de sexo con muerte, vas a las fiestas del orgullo, alabas el porno feminista, te gusta los espectáculos de Dita Von Teese (aunque no hayas visto uno), darte morbo a ir con tu pareja a un local de intercambio (que no son baratos), quedar con tus “amig@s” en una reunión de “tuppersex”, consideras que el poliamor es aceptable y crees en las relaciones abiertas.

La tercera es sobre los hombres (y mujeres supongo pero no he encontrado el caso) que no pueden optar a tener relaciones sexuales. No porque sean feos ni por un impedimento físico de los genitales sino porque tienen algún tipo de minusvalía física o psíquica que les hace “inatractivos”. Hay anuncios de prostitución y de burdeles con “servicio para minusválidos” e incluso que publicitan con rampa para sillas de ruedas! También he conocido casos de personas que llevan de forma totalmente altruista y sin echar un casquete aparte a sus familiares minusválidos a los encuentros. Esto la verdad está al límite de lo que consideraría éticamente aceptable en usar la prostitución porque estos hombres NO pueden optar a tener una sexualidad, no han elegido libremente el celibato (opción que es muy legítima y una opción personal y libre y que no es ser asexual o carecer de deseo sexual) y pueden querer tener una vida sexual satisfactoria. A menudo olvidamos que la sexualidad en origen está condicionada a la reproducción, a la selección de genes y que las taras físicas o psíquicas crean repulsión y falta de deseo. Nosotros hemos asociado la sexualidad con la realización personal y estas personas como que no van a ligar en la vida y van a estar frustrados. No conozco a alguna organización que de forma altruista y gratuita den a estas personas la oportunidad de tener una sexualidad.

Salve atque Vale

Titus Amatius Paulus

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